La Alianza del Pacífico, mecanismo de integración regional conformado por Colombia, Chile, México y Perú es la octava economía mundial, representa el 41% del PIB de América Latina y El Caribe, capta el 38% de la inversión extranjera directa en la región, es la octava potencia exportadora del mundo con exportaciones que superan los 627.000 millones de dólares anuales. Sin embargo, la elección de algunos gobiernos de corte populista genera amenazas en la consolidación de este bloque político y comercial, que es sin duda, el más importante de la región.
En la columna pasada comenté acerca del Nearshoring como una apuesta de la región para atraer inversión de empresas de Estados Unidos que producen desde China.
Estas empresas se están relocalizando en el hemisferio por la ruptura de las cadenas globales de valor. Esta es una gran oportunidad para Colombia y la Alianza del Pacífico la adoptó como una estrategia conjunta pese a que sus países miembros son claros competidores en esta materia.
Adicionalmente, la Alianza del Pacífico negoció con Singapur un Tratado de Libre Comercio, como un primer acuerdo con los cuatro candidatos a estados asociados, dentro de los cuales también están Nueva Zelanda, Australia y Canadá.
Colombia y Chile no son ajenas a la polarización política. Chile avanza en su nueva constitución luego de unas protestas generalizadas y Colombia afronta una de las elecciones presidenciales en que va liderando las encuestas un candidato de corte populista.
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